Un presagio de la crisis del medio oriente

Israel sigue atacando a Irán en una campaña aérea supuestamente contra el programa militar y nuclear de su antiguo enemigo, que ha matado a centenares de civiles, al mismo tiempo el presidente estadounidense Donald Trump, quien apoya abiertamente el genocidio contra los palestinos de parte de Israel, amenazó a Irán con bombardeos norteamericanos pidiendo a los residentes de Teherán que evacuaran la ciudad porque según sus palabras “Estados Unidos prepara algo mejor que un alto el fuego”.

Trump dejó la cumbre del Grupo de los Siete en Canadá un día antes de lo planeado para ocuparse del conflicto entre Israel e Irán, diciendo a los reporteros a bordo del Air Force One durante el vuelo de regreso a Washington que ya no estaba buscando un alto el fuego. “Estamos buscando algo mejor que un alto el fuego”.

El presidente ahora le echa la culpa a Irán del conflicto cuando en realidad fue Israel quien atacó el 13 de junio a Irán en el momento que se llevaban conversaciones en de este país y Estados Unidos.

Para justificar una invasión de Estados Unidos a Irán, la Casa Blanca vuelve ahora a repetir la misma retórica que utilizó en el 2003 para invadir a Irak. El cuento de que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva, armas que luego de la invasión militar y de miles de muertos nunca se encontraron porque sencillamente no existían.

Una invasión a Irán en estos momentos no sería lo mismo que la invasión a Irak.

Fidel Castro dijo hace más de 20 años que una invasión norteamericana a Irán desencadenaría inevitablemente una confrontación nuclear global.

Lo cual ahora tiene más razón que nunca. Todo dependerá de hasta dónde los aliados de Irán consideren que deben llegar.

Ya habíamos dicho que estamos viviendo la formación de una tormenta perfecta camino a una tercera guerra mundial.

Para el bloque que conforman Rusia y China la destrucción de Irán es el espejo del futuro de ellos mismos, especialmente para Pakistán. La caída del régimen de Assad en Siria representó un duro golpe para la influencia rusa en la región y una caída de Irán sería el presagio de la destrucción de Moscú.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha estado buscando desde hace tiempo empujar a Estados Unidos a una guerra directa contra Irán, y por otro lado, el régimen de Ucrania, de Volodomir Zelensky, ha estado buscando una confrontación directa de Estados Unidos contra Rusia. Un tercer actor en esta tormenta es el bloque de la Unión Europea, el cual apoya con vehemencia las pretensiones de Ucrania y ahora las de Israel.

La pelota está en las manos de Estados Unidos y los posibles muertos en todas partes.

Estados Unidos se encuentra en una situación desesperada debido a la decadencia de su poderío imperial y como gato acorralado sería capaz de los más arriesgados recursos con tal de mantener su hegemonía.

Conociendo la irresponsabilidad social y política que caracterizan al actual incumbente de la Casa Blanca, y su receptividad a cualquier consejo proveniente de la fuente de la ignorancia, podemos ver como en una bola de cristal hacia dónde nos lleva el destino.

Cuando Fidel Castro habló sobre el riesgo de una invasión norteamericana a Irán citó a Albert Einstein cuando éste dijo que “no se sabe qué armas se utilizarán en la tercera guerra mundial, pero lo seguro es que la cuarta se llevará a cabo a palos y piedras”.