Por Andrés Abreu
Parte 2
Con el surgimiento de los medios sociales debió haber surgido también un nuevo despertar de la libertad de expresión. Hasta cierto punto lo ha sido, pero en la medida en que las instancias gubernamentales avanzan en controlar estas plataformas, el sueño de poder decir a los demás lo que uno piensa se ha venido desvaneciendo.
El primero en abrir las puertas de la comunicación fue YouTube, creado en el 2005 por tres programadores ex empleados de Paypal, Chad Hurley, Steve Chen y Jawed Karim. YouTube le dio al público la libertad de crear su propio canal de televisión y llegar a la audiencia sin los límites de distancia de las antenas ni el prohibitivo acceso de la televisión por cable. Al ver el enorme potencial de la plataforma los ejecutivos de Google se lanzaron a crear una similar, pero eso tardaría mucho tiempo y cuando llegara a estar lista para salir al público YouTube ya sería la dueña y señora del mercado. Por eso Google le hizo una oferta irresistible a los creadores de YouTube que terminó en la compra de la plataforma por 1,650 millones de dólares.
Google no solamente ha producido dinero con su venta de anuncios en las páginas webs, lo ha hecho también mediante contratos de servicios a importantes corporaciones y sobre todo al gobierno de los Estados Unidos. Google provee servicios al Departamento de Estado, al departamento de Defensa, Al Home Land Security y en este, al servicio de inmigración naturalización, conocido popularmente como “la migra”.
A través de Google el gobierno de los Estados Unidos mantiene su influencia sobre el contenido informativo que llega al público norteamericano al igual que lo ha hecho siempre con las grandes cadenas televisivas, a las que se les informa sólo lo conveniente y las que responden básicamente a los intereses corporativos que las mantienen.
La guerra de Ucrania ha sacado a la luz el poder de influencia del gobierno sobre los medios informativos. Las informaciones sobre la guerra se han convertido en una poderosa campaña antirrusa ocultando tras las sombras los elementos del conflicto que permitirían a cualquier persona forjarse su propio juicio sobre este.
Lo que vemos hoy es una confirmación de la frase del filósofo y dramaturgo griego Esquilo, quien vivió en el año 525 antes de cristo, de que “la verdad es la primera víctima de una guerra”, frase que hizo popular el senador estadounidense Hiram Jonhson cuando se opuso a la participación de su país en la Primera Guerra Mundial.
Al comenzar el conflicto bélico las cadenas de televisión europeas y norteamericanas presentaron imágenes falsas de los ataques rusos que probablemente le fueron suministradas por el gobierno de Ucrania. Entre estas, la de edificios destruidos por los ataques del ejército ucraniano a la zona del Donbas en el 2014; la de una actriz haciendo el papel de una mujer embarazada sangrando en la puerta de un hospital impactado por las bombas. Esas imágenes se repitieron miles de veces pero el desmentido de las mismas apenas una vez.
También, las cadenas nunca difundieron los hechos previos a la guerra en la que Rusia se quejaba de las incursiones de buques de guerra norteamericanos en sus costas y la petición que hizo de que se llegara a un acuerdo de seguridad. Petición que Estados Unidos ignoró.
Los países de la Unión Europea sacaron del aire los canales de televisión rusos como Rusia TV y Spunkni. Ante la apelación de las estaciones el tribunal de la Unión Europea dijo que las estaciones eran propaganda rusa y que la prohibición de estas “no viola la libertad de prensa”.
YouTube sacó del aire estos canales y censuró la mayoría de los canales particulares que difunden noticias no encarriladas con la línea informativa de las agencias de prensa norteamericanas y europeas.
Ahora ha surgido una nueva plataforma en línea que preocupa al gobierno de Estados Unidos y al de la Unión Europea, la llamada “Inteligencia artificial”. Un sistema creado por connotados científicos que se viene desarrollando desde hace décadas y que finalmente logra producir información basada en datos corroborables y que puede poner en tela de juicio muchas de las informaciones de las que hemos sido bombardeados por los medios manipulados.
Ya la Unión Europea está creando una legislación para limitar el acceso a esa plataforma y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado la creación de un comité especializado para imponer límites a este servicio. Ambos han dicho que la Inteligencia Artificial "puede ser peligrosa".