Por Lucia Rios/ Second Wave Southwest Michigan

La parte difícil de tener una discapacidad es que a menudo hay que educar a las personas sobre su derecho a tener igualdad de acceso a los edificios.

Es un tema que Candace Carlisle conoce muy bien. Ella y su perro de Paws With A Cause, Denali, aparecieron recientemente en los titulares cuando al perro de servicio se le negó la entrada a un restaurante IHOP en Muskegon, aunque le explicó al restaurante que la Ley de Estadounidenses con Discapacidades le da derecho a tener un perro de servicio a su lado.

La experiencia, que la dejó llorando, no fue la primera vez que se topó con una falta de comprensión sobre los derechos bajo la ADA, una ley federal aprobada hace 33 años.

Lo diferente de esta experiencia es que ella la compartió en las redes sociales generando apoyo. En respuesta, los funcionarios corporativos de IHOP la llamaron para disculparse y atribuyeron el incidente a un malentendido.

La mayoría de sus experiencias no se resuelven de esta manera.

"Ella es sólo mi asistente personal", dice Carlisle sobre Denali. “No creo que la gente lo vea como discriminación, sino como si estuviera tratando de engañarles. No se dan cuenta de lo vergonzoso que es que me traten como si estuviera haciendo algo mal cuando no es así”.

Los perros permiten la independencia

Paws With A Cause (PAWS) mejora la independencia y la calidad de vida de las personas con discapacidades a nivel nacional a través de perros de asistencia entrenados a medida. La organización sin fines de lucro del oeste de Michigan utiliza la educación y la promoción para aumentar la conciencia sobre los derechos y funciones de los equipos de perros de asistencia, compuestos por el perro de servicio y la persona con discapacidad.

La organización con sede en Wayland ha estado entrenando perros de asistencia desde 1979. Tiene un promedio de 50 colocaciones de perros de asistencia al año y brinda apoyo durante toda la vida del perro y de la persona con discapacidad que lo necesita.

"Un perro de asistencia está protegido por la Ley de Estadounidenses con Discapacidades, que se aprobó en 1990. Para ser un perro de asistencia, el perro debe tener la tarea y el entrenamiento específicos para una persona para mitigar su discapacidad", dijo la directora ejecutiva de PAWS, Michele Suchovsky.

“Eso significa que deben hacer algo específico que se relacione con la discapacidad y ayude a mitigarla de alguna manera. Si usa una silla de ruedas, puede resultarle difícil recoger cosas del suelo, por lo que el perro podría recogerlas por usted, abrir una puerta o encender la luz”.

Los animales de apoyo emocional no tienen derechos de acceso público según la ADA.

“Cualquier perro que entrenemos y coloquemos ha sido probado y se ha asegurado de que pueda ingresar al entorno público. Nos aseguramos no solo de que los perros estén entrenados específicamente para esa persona, sino también de que actúen apropiadamente en público. También capacitamos a nuestros clientes sobre qué hacer si por alguna razón ese perro se porta mal”.

Ella dice que existe la idea errónea de que las personas o el dueño de un negocio no pueden hacer nada si un perro de asistencia se porta mal. Si un perro de asistencia ladra o salta sobre las personas, el dueño del negocio puede pedirle a la persona que saque a su perro de las instalaciones.

Conociendo las reglas

Según la Ley de Estadounidenses con Discapacidades, las entidades públicas y los lugares de alojamiento público, como los gobiernos estatales y locales, las empresas y las organizaciones sin fines de lucro, no pueden discriminar a las personas con discapacidades en sus programas, servicios o actividades. Eso incluye el uso de un animal de servicio.

Si bien una empresa puede preguntar si necesita el animal de servicio debido a una discapacidad y para qué trabajo o tarea ha sido entrenado el animal, no puede preguntar sobre la discapacidad de una persona, solicitar información médica ni solicitar documentos de capacitación relacionados con el animal de servicio.

Desafortunadamente, la discriminación y el rechazo hacia los dueños de perros de servicio persisten, ya que las empresas y los individuos, basándose en experiencias negativas con animales no entrenados, a menudo rechazan a los perros de servicio genuinos y a sus cuidadores. Este problema se ve exacerbado por la designación inadecuada de mascotas como animales de servicio sin el entrenamiento adecuado.

A Carlisle le diagnosticaron esclerosis múltiple en 2009. La enfermedad crónica del sistema nervioso central ha dejado parte de su cuerpo paralizada, lo que a menudo le obliga a utilizar una silla de ruedas.

Estuvo en lista de espera de Paws With A Cause durante casi dos años antes de recibir un perro de servicio en 2015. Su labrador especialmente entrenado le ha cambiado la vida. Durante los primeros seis meses, la organización sin fines de lucro vino semanalmente para ayudar a los dos a adaptarse entre sí y los certificó a ella y a Denali. La organización sin fines de lucro proporcionó un chaleco para que Denali lo usara en público para indicar que es un perro de servicio.

Asistencia constante

"No creo haberme dado cuenta de lo que realmente hace un perro de servicio por usted", dijo Carlisle. “Cuando la conseguí, realmente me di cuenta de lo útil que es. Si dejo caer algo, ella lo recoge. Ella me trae los zapatos. Ella me quita la chaqueta. Ella me abre puertas. Ella prácticamente hace todo lo que le pido. Ella ayuda con las cosas cotidianas que la gente da por sentado. Eso me da más tiempo en el día para hacer cosas. Me da más tiempo porque no estoy tomando la energía para hacerlo. Ella lo está haciendo por mí”.

Denali no usa correa, pero tampoco se aleja del lado de Carlisle. Carlisle dice que es difícil sostener la correa porque el lado derecho de su cuerpo tiene movilidad limitada.

“Solo tengo una mano, por lo que es un poco difícil llevar una correa”, dice. “Y luego tengo una silla de ruedas, así que ella simplemente se queda junto a mis rodillas. A ella no le importa nadie. Pueden pasar junto a ella o los perros pueden pasar y ella sigue adelante”.

Ella cuenta una experiencia al visitar una tienda en su comunidad.

“Llegué hasta la parte trasera de la tienda y la tienda estaba bastante ocupada. Y un empleado se me acercó y me dijo: 'Señora, no puede tener a su perro aquí sin correa'”, dice Carlisle. Ella respondió: “No puedo atarlo y no se mueve. Ella está aquí a mi lado. No es que ella esté molestando a nadie. Le dije que solo tengo una mano. Y ella me dijo: 'Tu marido puede llevarlo'.

Las empresas deben saber cómo debe actuar un perro de servicio, afirma.

"Si conocieras a Denali cuando está conmigo, sabrías instantáneamente que es un perro de servicio", dice. “Cuando vamos a un restaurante, Denali se sienta muy tranquilamente debajo de una mesa.

Derechos de los dueños de negocios

Suchovsky de PAWS dice que los dueños de negocios tienen derecho a hacer dos preguntas. La primera es si se requiere el animal de servicio debido a una discapacidad. No pueden pedirle a la persona que revele su discapacidad. La segunda es para qué tareas se ha entrenado al perro.

“Si el perro se porta mal, puedes pedirle a la persona que lo saque del entorno. De lo contrario, esa persona tiene derecho a estar en tu espacio y no puedes restringir adónde va”, dice Suchovsky.

Ella dice que ha visto situaciones en las que los hoteles dicen que admiten mascotas pero restringen a las personas con perros a ciertas partes del hotel. La ley federal permite que los perros de asistencia, que se consideran equipo médico, acompañen a su dueño a cualquier lugar.

"Corresponde al propietario comprender realmente lo que puede y no puede hacer", dice Suchovsky. “Pero dicho esto, no es necesario que tengan algún tipo de identificación ni nada por el estilo. Ahora, si su perro proviene de nuestra organización, le brindamos todo eso porque sabemos que es útil tener la información que necesita, pero que no es obligatoria.

“La mayoría de nuestros clientes llevan consigo sus identificaciones y ahora muchos de ellos tienen identificaciones digitales. Pero el dueño del negocio no puede pedirlo”.

Si bien PAWS enseña a los clientes cómo defenderse a sí mismos, todavía hay situaciones en las que los dueños de negocios no saben qué preguntas hacer o cómo manejar la situación.

"¿Cómo te sentirías si alguien te dijera que no tienes derecho a estar aquí, aunque sí lo tienes, y luego, cuando intentas explicarlo, te cierran las puertas?", dice Suchovsky. Es realmente desalentador y puede dar mucho miedo”.

Ella cuenta la historia de un cliente al que estaba ayudando después de que se le negó el acceso a un hotel.

“Estábamos tratando de solucionarlo con el hotel. Finalmente dijo: 'Ni siquiera me siento segura quedándome aquí'. No me siento bienvenido.' Así que le encontramos otro hotel”.

PAWS brinda capacitación a empresas para ayudarlas a comprender sus derechos.

"Siempre estamos felices de hablar con las empresas y ayudarlas a saber qué hacer, qué preguntas hacer y cómo ser inclusivos", dice Suchovsky.

Este artículo es parte de la serie de varios años Disability Inclusion , que explora la creciente comunidad de discapacitados del estado de West Michigan. La serie es posible gracias a una asociación con organizaciones de Centros para la Vida Independiente en todo el oeste de Michigan.

Artículo al español traducido por El Vocero Hispano

La falta de conciencia sobre los animales de servicio conduce a la discriminación