Bueno, ahora si es verdad que llegamos a donde íbamos, para las próximas elecciones presidenciales veremos en la parcela republicana una competencia entre dos personas, que si crearan un partido propio cada uno, usarían como símbolo un burro y un asno. ¡Cuál de los dos más brutos!

Mientras por un lado, Donald Trump, mejor conocido como Trompo Loco, lucha por encaminarse a recuperar el poder que él dice que no perdió, por el otro Don Desastre, perdón, Ron Desantis, quien trata de demostrar que él es más bruto y más malo que Trump para que la manada de la misma especie vote por él.

Don Desastre ha convertido a Florida en un estado camino al caos y la quiebra.  Ha provocado que la empresa Disney suspenda una inversión de un billón de dólares que iba a crear miles de empleos directos e indirectos; ha provocado que los inmigrantes salgan huyendo de ese estado dejando la agricultura sin esperanza de cosecha y la industria de la construcción sin esperanza de terminar sus obras. Está provocando una caída en el mercado de bienes raíces al prohibir que extranjeros de unos cinco países compren propiedades en Florida.  Lo único que le falta es que le prenda fuego al estado en las cuatro esquinas. ¡Y todavía quiere ser presidente!  

Esperamos que cuando termine su mandato como gobernador le pongan una ropita color naranja y lo mande a recoger naranjas en los campos de Florida.

Por cierto, que en su anunciado lanzamiento como candidato contó con su amiguito Twitter Elon Musk y los dos quedaron como auténticos payasos.  Desantis porque no sabía qué decir y Musk porque la transmisión de Twitter falló tanto que casi nadie la escuchó.

Si con el desastre que ha hecho en Florida y la presentación como candidato es que piensa gobernar a Estados Unidos. ¡Que Dios nos libre!

Y todavía sigue el cacareo del tope de la deuda sin aparente solución.  Algunos presagiadores de desastres dicen que si no se pagan los bonos del tesoro a tiempo el país va a perder credibilidad.  Puede que sí, pero se olvidan que esta sigue siendo la economía más grande del mundo y la mayor credibilidad es el dinero. Los que tienen bonos saben que si el país se retrasa en los pagos es por asuntos políticos, no por falta de fondos.  No es lo mismo “te pago después” que un cheque sin fondos.  ¡Que no cunda el pánico! Que nada va a pasar.

Bueno y se reunieron los jorocoles en Hiroshima.  Los 7 países industrializados agrupados en el llamado G7. Decía Facundo Cabral en una parodia: “Que llueva, que llueva, el mundo está en peligro, cuidado hombre pequeño, los grandes se han reunido”.

Esos siete solo se reúnen para ponerse de acuerdo de que cómo fregar a otros.

Una muestra de que a los grandes se les importa lo que pase con la gente es que la reunión se hizo en Hiroshima, Japón, el mismo lugar donde en 1945 murieron más de 100 mil personas en segundos por el lanzamiento de una bomba atómica supuesta para acabar la Segunda Guerra Mudial, cuento que la historia se ha encargado de desmentir.  A los millonarios japoneses y sus edecanes políticos no les da vergüenza ni les preocupa el dolor de la gente de Hiroshima que perdieron ahí a sus ascendientes y familiares.  En ese mismo lugar los 7 que tiraron a Pedro en el pozo, produjeron declaraciones contra China, Rusia y otros países como para atizar una tercera guerra.

¡Que el Señor nos encuentre confesados!

Nos vemos en los próximos Jalapos, si Don Desastre lo permite.