Señores por lo que se ve, el mundo está ardiendo en sus cuatro puntos cardinales.

En el norte, la guerra entre Rusia y Ucrania; en el sur, el surgimiento de la ultraderecha sumiendo a la hambruna a millones de personas, especialmente en Argentina; en el medio este, el genocidio contra los palestinos y la guerra a punto de estallar en toda la zona; y en el este el enfrentamiento comercial a punto de convertirse en militar entre Estados Unidos y China.

Si la cosa sigue como va, vamos a tener que comprar un solar en el Tibet o en el polo norte. Los osos polares son menos peligrosos que los humanos.

Señores los grandrapeños no nos podemos quejar, en los últimos meses los muchachitos traviesos que juegan a los vaqueros han estado tranquilos y el número de homicidios ha caído. Pero no durmamos de ese lado, porque con la cantidad de armas que hay en manos de delincuentes en cualquier momento vuelven a sonar los petardos ¡Que el Señor nos encuentre confesados!

Bueno y terminaron las olimpiadas mundiales en Francia, las cuales a nuestro entender fueron una vergüenza para la humanidad. Además de que se exaltaron falsos valores y se promocionaron las fantasías que en nada contribuyen con el desarrollo de la mente humana, se mezcló la política de manera asquerosa. Le prohibieron a Rusia participar en el evento por su invasión a Ucrania, pero no a Israel que ha matado a cerca 40 mil víctimas civiles, entre ellas 18 mil niños y niñas, y lo sigue haciendo todos los días.

Las próximas Olimpiadas se llevarán a cabo en Los Ángeles, o sea, más de lo mismo.

Por el otro lado del sartén, pero en el mismo fogón, Estados Unidos y sus “aliados” de Europa y América Latina quieren invadir a Venezuela. No será la primera vez que lo hacen en el continente. En retrospectiva breve: en 1989 invadieron a Panamá dejando un saldo de 2 mil muertos, apresaron al presidente de ese país, Manuel Antonio Noriega y lo encarcelaron en Miami. Tres décadas después lo soltaron para que no muriera en la prisión. En 1984 invadieron a Granada, mataron a su presidente Maurice Bishop, e hicieron con ese pequeño país lo que les dio la gana. En 1965 invadieron República Dominicana para impedir que el gobierno electo que había sido depuesto por los militares fuera reinstalado por el pueblo en una revuelta popular. Y si seguimos contando no acabamos. Pero los malos no son los americanos, sino los lacayos nacionales que le sirven al invasor en contra de su propia gente.

¿Qué de qué Corina Machado estamos hablando? Ya lo saben.

Mientras Estados Unidos mantenga esa política imperial, América Latina no va a progresar ni el mundo entero estará en paz.

Nos vemos en los próximos Jalapos si la Virgencita lo permite

Jalapeños 1404