El Domingo Sangriento en Selma: Un Punto de Inflexión en la Lucha por los Derechos Civiles

El 7 de marzo de 1965, Estados Unidos fue testigo de uno de los episodios más impactantes y trascendentales en la historia del movimiento por los derechos civiles: el Domingo Sangriento en Selma, Alabama. Este evento, que marcó un punto de inflexión en la lucha contra la segregación racial y por el derecho al voto de los afroamericanos, demostró la brutalidad de las fuerzas policiales y generó una ola de indignación que desembocaría en reformas clave.

El contexto de la marcha

A mediados de la década de 1960, los afroamericanos del sur de Estados Unidos enfrentaban severas restricciones para ejercer su derecho al voto. Pruebas de alfabetización, impuestos electorales y amenazas de violencia eran comúnmente utilizados para impedir su participación en las urnas. En Selma, Alabama, estas barreras eran especialmente duras, lo que motivó a líderes del movimiento por los derechos civiles, como Martin Luther King Jr. y John Lewis, a organizar protestas pacíficas en busca de un cambio.

El asesinato de Jimmie Lee Jackson, un activista afroamericano que fue abatido por la policía en febrero de 1965, encendió la llama de la indignación y motivó la organización de una marcha desde Selma hasta Montgomery, la capital del estado, para exigir el derecho al voto.

La represión brutal en el Puente Edmund Pettus

El 7 de marzo, cerca de 600 manifestantes comenzaron su marcha pacífica desde Selma. Sin embargo, al llegar al Puente Edmund Pettus, fueron interceptados por un contingente de policías estatales y locales armados con porras y gases lacrimógenos. Los manifestantes se negaron a dispersarse, y entonces las fuerzas del orden cargaron brutalmente contra ellos.

Las imágenes de los agentes golpeando a los manifestantes, algunos de los cuales fueron arrastrados por los caballos de la policía, se transmitieron por televisión y causaron un escándalo a nivel nacional. La represión dejó decenas de heridos, entre ellos John Lewis, quien sufrió una fractura de cráneo.

El impacto en la opinión pública y la legislación

El Domingo Sangriento generó una reacción inmediata. Miles de ciudadanos en todo el país se unieron a las protestas en solidaridad con los manifestantes de Selma. La indignación generalizada presionó al presidente Lyndon B. Johnson para tomar acción. El 15 de marzo de 1965, en un discurso histórico ante el Congreso, Johnson instó a la aprobación de una legislación que protegiera el derecho al voto de todos los ciudadanos, independientemente de su raza.

Finalmente, el Acta de Derecho al Voto de 1965 fue promulgada el 6 de agosto de ese mismo año, prohibiendo las prácticas discriminatorias que impedían el sufragio de los afroamericanos en el sur de EE.UU. Esta ley representó una de las victorias más significativas del movimiento por los derechos civiles.

Conclusión

El Domingo Sangriento en Selma no solo expuso la brutalidad del racismo institucionalizado, sino que también sirvió como catalizador para una reforma histórica. Gracias al sacrificio de los manifestantes y la valentía de los líderes del movimiento, se logró un cambio legislativo que garantizó el derecho al voto para millones de ciudadanos afroamericanos. A décadas de este hecho, el legado de Selma sigue recordándonos la importancia de la lucha por la igualdad y la justicia en la democracia estadounidense.