Por Sala de Redacción EVH

GRAND RAPIDS, MICHIGAN (EVH)_ La atención se centra en el ex sargento detective de la Policía Estatal de Michigan (MSP), Brian Keely, quien enfrenta cargos de asesinato en segundo grado y homicidio involuntario tras el trágico incidente que resultó en la muerte de Samuel Sterling, un hombre de 25 años. Los abogados de Keely han presentado una moción ante un juez federal pidiendo la desestimación de los cargos, argumentando que su cliente actuó dentro de los límites de la ley y en cumplimiento de sus deberes oficiales al momento del suceso.

El incidente ocurrió el 17 de abril en Kentwood, cuando las autoridades, que buscaban arrestar a Sterling debido a varias órdenes judiciales, lo rastrearon hasta una gasolinera. Según los informes, Sterling intentó escapar cuando la policía llegó, lo que desencadenó una persecución a pie que culminó cerca de un Burger King. Durante la persecución, Keely, que conducía su patrulla sin distintivos, atropelló a Sterling, quien fue llevado al hospital, donde lamentablemente fue declarado muerto horas después.

La moción presentada por los abogados de Keely alega inmunidad bajo la Cláusula de Supremacía de la Constitución de los Estados Unidos. Para que se le conceda dicha inmunidad, se debe demostrar que Keely estaba actuando dentro del marco legal autorizado por la ley estadounidense y que su comportamiento no fue excesivo. Los abogados sostienen que Keely no solo cumplía con su deber, sino que también actuó de manera razonable dadas las circunstancias en las que se encontraba.

El documento presentado incluye una declaración del alguacil adjunto supervisor de EE. UU., Matthew Ortiz, quien confirmó que Keely estaba trabajando en colaboración con el Servicio de Alguaciles de EE. UU. en el momento del incidente. Ortiz explicó que la operación para arrestar a Sterling formaba parte de un esfuerzo federal autorizado y que Keely estaba actuando dentro de su capacidad como miembro del Grupo de Trabajo de Fugitivos de Grand Rapids. Esto refuerza el argumento de la defensa sobre la legalidad de sus acciones en la escena.

Los detalles del incidente han sido objeto de intenso escrutinio y debate público. El video del momento del impacto ha sido compartido ampliamente, y muchos se preguntan sobre la justificación de la acción de Keely al atropellar a Sterling. Según el memorando presentado por la defensa, Keely no tenía la intención de golpear a Sterling, sino que estaba intentando prevenir que el sospechoso ingresara al restaurante y cambiara de dirección para eludir su captura. “Keely conducía en un ángulo que creía que le impediría a Sterling entrar en el restaurante y alejarse del vestíbulo de Burger King si decidía continuar con sus intentos de fuga ilegal”, se detalla en el documento.

El caso ha atraído la atención no solo de los medios de comunicación, sino también de activistas y defensores de los derechos civiles que abogan por una mayor rendición de cuentas para la policía. Algunos críticos argumentan que la conducta de Keely al atropellar a Sterling refleja una falta de respeto por la vida humana y un uso excesivo de la fuerza. Sin embargo, los defensores de Keely sostienen que el ex sargento estaba actuando en un contexto de alta tensión y peligro, y que cualquier oficial de la ley podría haber tomado decisiones similares en una situación tan caótica.

A finales de agosto, la jueza del Tribunal de Distrito de EE. UU., Hala Jarbou, decidió que el caso debía ser trasladado a un tribunal federal, lo que fue un punto de controversia en sí mismo. El cambio de jurisdicción plantea preguntas sobre el trato que reciben los oficiales de policía en comparación con los civiles en situaciones de violencia, así como sobre el papel del sistema de justicia penal en la evaluación de las acciones de los agentes del orden. Este aspecto del caso ha alimentado el debate en torno a la transparencia y la responsabilidad de las fuerzas del orden en Estados Unidos.

A pesar de la moción presentada para desestimar los cargos, el Fiscal General de Michigan ha solicitado que el caso sea devuelto a un tribunal estatal, argumentando que la relación laboral de Keely en el momento del incidente es discutible y que la investigación aún está en curso. Esta solicitud subraya la complejidad del caso y las múltiples capas de litigio que están en juego.

Se ha programado un juicio para comenzar el 21 de abril en el tribunal federal de Lansing, donde se espera que se presenten pruebas y testimonios que podrían influir significativamente en el resultado del caso. La comunidad y los familiares de Sterling siguen de cerca el desarrollo de este caso, que promete arrojar luz sobre la interacción entre la ley, la violencia y la rendición de cuentas en el ámbito de la aplicación de la ley en Michigan. Las repercusiones de este caso podrían tener un impacto duradero en la percepción pública de la policía y en las políticas de uso de la fuerza en el futuro.

Defensa de detective MSP busca desestimar cargos de asesinato por la muerte de Samuel Sterling