Por Joanne Bailey-Boorsma

Godwin Heights — Hubo choques de puños, “high-fives”, palabras de ánimo e incluso ayuda para atarse los zapatos. La emoción de Chad Conklin por estar en la escuela primaria West Godwin en su primer día de clases era inconfundible. Tras iniciar su carrera en la educación primaria, Conklin pasó los últimos 16 años en Godwin Heights desempeñándose en roles secundarios: como director, director atlético y entrenador. Ahora espera poder estar, como él mismo dice, “en los pasillos, viendo la llegada y salida de los estudiantes, en la cafetería, entrando al salón y quizá leyendo algunos libros a los alumnos”.

Como nuevo superintendente, Conklin tendrá la oportunidad de hacer todo eso y más.

Este verano, Conklin recorrió los aproximadamente 220 pasos desde la escuela secundaria, donde era director más recientemente, hasta el edificio de administración, para asumir el puesto de superintendente, sustituyendo a Bill Fetterhoff, quien se jubiló en junio.

“Bill ha sido un líder fenomenal”, dijo Chad sobre su predecesor. “Ha sido un mentor increíble para mí y me apoyó como director de secundaria, director atlético y entrenador de baloncesto. Siempre ha estado a mi lado, y sabía que cuando él decidiera retirarse, yo quería estar listo para ayudar a continuar construyendo sobre el legado que ha dejado en Godwin Heights y ser el próximo superintendente aquí”.

De maestro principiante a líder comprensivo

Conklin comenzó su carrera educativa como maestro en prácticas en North Godwin, en el mismo distrito donde su madre, Mary Ann Conklin, inició su carrera docente. Mary Ann falleció en 2013.

“Esa experiencia realmente me marcó”, dijo. “Vas a la universidad para obtener un título en educación primaria, pero realmente no sabes lo que significa ser maestro hasta que tienes la oportunidad de pisar un salón por primera vez y contar con educadores como Deb (Born) y Pat (Brower) que me brindaron esa oportunidad. Ellos realmente me prepararon para tener éxito en este distrito”.

Conklin también se sintió impresionado por la diversidad del distrito, señalando que en ese momento se hablaban ocho idiomas diferentes en su salón.

“Me encantó”, dijo. “Me encantó el ambiente”.

Se graduó de Central Michigan University con una licenciatura en educación primaria y su primer puesto como docente fue en Morley Stanwood Community Schools. Conklin solo estuvo allí seis meses antes de recibir una oferta para enseñar cuarto grado en North Godwin durante el año escolar 2000-01.

De ese primer año, Conklin recordó que enfrentó muchas dificultades y aprendió a reflexionar cada día para poder “ser mejor mañana”.

“Eso me dio empatía por lo que los maestros viven en el aula día a día, porque sé que cometí muchos errores en mi primer año como docente y tuve que aprender de ellos para mejorar”, recordó.

Es un valor que ha mantenido a lo largo de su carrera, y como superintendente considera fundamental asegurarse de que cada administrador, maestro y miembro del personal tenga la oportunidad de crecer profesionalmente y alcanzar sus metas individuales.

“Ya sea un maestro que aspira a liderar o un asistente que desea convertirse en docente de aula, queremos brindar la mentoría, desarrollo y apoyo necesarios para lograrlo. Queremos que al final del día piensen: ‘Aquí en Godwin Heights hay tanto apoyo, y me están ayudando a alcanzar mis metas profesionales’.

“Cuando eso sucede, naturalmente los anima a invertir aún más en nuestros estudiantes”.

De entrenador a líder: una decisión decisiva

Convertirse en superintendente o incluso en director no era algo a lo que Conklin aspirara inicialmente.

“Quería ser maestro, quería ser entrenador de baloncesto y quería ganar un campeonato estatal”, dijo. “Esas eran las tres cosas que quería hacer”.

Tras nueve años de enseñanza, Conklin recibió la oferta de convertirse en director atlético mientras seguía entrenando al equipo de baloncesto. En su mente seguía escuchando la voz de su madre: “Serías un administrador increíble”, recordó. Ese aliento fue lo que finalmente lo impulsó a dar el salto a la administración.

Con un equipo de baloncesto a punto de ganar el título estatal en el año escolar 2014-15, se le pidió que fuera director de la secundaria mientras seguía siendo entrenador, pero sabía que debía elegir.

Su hijo había sufrido un accidente con una podadora durante el verano de 2014 y necesitaba estar presente como padre, además de saber que para ser director de la secundaria debía estar 100% enfocado en ese rol para apoyar a estudiantes y personal.

“No podía intentar ser director y entrenador de baloncesto al mismo tiempo, además de poder apoyar a mi hijo durante su recuperación”, dijo Conklin. “Eso tomó la decisión por mí y realmente cambió toda la trayectoria de mi carrera en la educación”.

Godwin Heights ganaría el título estatal en 2015 y Conklin estuvo allí para celebrarlo como director.

Un nuevo capítulo basado en el crecimiento

Cuando Conklin asumió como director, la secundaria estaba en la lista prioritaria del Departamento de Educación de Michigan por bajo rendimiento y corría riesgo de ser cerrada por los funcionarios estatales de reforma educativa.

Él explicó que sus objetivos cambiaron frente a ese desafío y la oportunidad de trabajar con el personal y los estudiantes para reconstruir el programa, mejorar las oportunidades educativas y elevar el rendimiento estudiantil. Gracias a esfuerzos enfocados, para el año escolar 2020-21 la escuela secundaria había logrado avances significativos y fue reconocida como reward school por el departamento.

“El campeonato estatal llegó gracias al arduo trabajo del personal y los estudiantes, por sacar a esa escuela del estatus de prioritaria y convertirla en escuela destacada”, dijo. “Ese fue mi campeonato estatal”.

Con ese logro, Conklin enfocó sus objetivos en el siguiente paso de su carrera: convertirse en superintendente, con especial interés en ser el próximo superintendente de Godwin Heights.

Sus metas actuales son “bastante simples”, dijo. La primera: comenzar el año escolar con fuerza. La siguiente: aprobar en otoño una solicitud de financiamiento para renovaciones de los edificios del distrito.

“Por ahora, no hay cambios importantes en el horizonte”, dijo Conklin. “Solo estoy tomando el tiempo para escuchar, aprender y hablar con el personal.

“El objetivo más grande que siempre he tenido es que Godwin Heights sea un lugar donde el personal y los estudiantes esperen con entusiasmo venir a la escuela o al trabajo cada día. Un lugar donde se sientan apoyados, un lugar donde sientan que pueden crecer”.

*Artículo al español traducido por El Vocero Hispano.

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De los pasillos a la dirección: nuevo superintendente comienza su primer año