Por Karla Bahm

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GRAND RAPIDS, MICHIGAN (EVH) - Un hombre fue sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por el asesinato de Leah Gómez, una joven madre de 22 años, en un crimen que ha conmocionado a la comunidad de Grand Rapids y ha generado un intenso debate sobre la violencia doméstica y el acceso ilegal a armas de fuego. El miércoles 17 de abril, Luis Bernal-Sosa de 27 años fue sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por el asesinato de Leah, la madre de su pequeña hija.

El fiscal del condado de Kent, Chris Becker, describió el acto como "una ejecución", detallando que el 31 de mayo del 2023 Bernal-Sosa disparó siete veces con un rifle de asalto AR-15 a Leah mientras estaba estacionada en Commerce Avenue SW. Milagrosamente, su hija de 21 meses en ese entonces, que se encontraba en el asiento trasero del vehículo, no resultó herida.

Este trágico incidente resaltó la gravedad de la violencia doméstica y las devastadoras consecuencias que puede tener para las familias y comunidades afectadas. Leah dejó atrás a una hija pequeña que crecerá sin su cuidado y amor, lo que profundiza el impacto emocional y psicológico de este crimen atroz.

Además, el caso de Bernal-Sosa ha puesto de manifiesto las preocupaciones sobre el acceso ilegal a armas de fuego. A pesar de encontrarse indocumentado y no hablar inglés, Bernal-Sosa logró adquirir un arma de asalto en el mercado negro. Este hecho subraya la necesidad urgente de fortalecer las medidas de control de armas y de prevenir el acceso de individuos no autorizados a armamento letal, con el objetivo de proteger la seguridad y el bienestar de la sociedad.

"Este fue un asesinato innecesario y sin sentido de una joven madre aparentemente impulsado por los celos y la ira con un bebé en el asiento trasero de un automóvil estacionado", dijo el juez Paul Denenfeld. "El señor Bernal-Sosa, con deliberación, sacó afuera un rifle AR-15 envuelto en una manta, caminó tranquilamente hasta el auto en el que estaba sentada la víctima desarmada y disparó siete tiros contra la víctima, cinco de los cuales la alcanzaron a ella y causó su muerte”, dijo el juez.

Si bien la sentencia no puede mitigar el dolor causado ni restituir la vida de Leah, aspira a impartir justicia y transmitir un mensaje inequívoco sobre la gravedad de la violencia doméstica y la urgente necesidad de abordar de manera efectiva el acceso ilícito a armas de fuego.

“La terrible y sin sentido elección del Sr. Bernal-Sosa de cometer este asesinato requiere que el tribunal imponga la pena más severa que se pueda imponer en nuestro estado”, sentenció Denenfeld.

Durante la audiencia de sentencia, el juez destacó el legado positivo que Leah dejó, un sentimiento que resonó profundamente con la familia de la víctima durante sus declaraciones sobre el impacto de la tragedia. Irene Gómez Sánchez, abuela de Leah, compartió entre llanto sus sentimientos, describiendo a su nieta como "un ángel andante que nunca supimos que estaba aquí en la tierra con nosotros". Con una almohada que apretaba fuerte contra su pecho y que mostraba la imagen impresa del rostro de Leah, la abuela expresó el profundo amor y el eterno cariño que la familia siente hacia Leah. "La extrañaremos y la amaremos por siempre", afirmó, reflejando el dolor y la pérdida irreparable que han experimentado.

Las palabras de Irene Gómez Sánchez y la presencia de la almohada con la imagen de Leah son un recordatorio conmovedor del impacto humano de la violencia doméstica y la importancia de recordar a las víctimas más allá de los detalles del crimen. A través de sus declaraciones, la familia de Leah no solo buscó honrar su memoria, sino que también quisieron resaltar la necesidad de prevenir futuros actos de violencia y de brindar apoyo a quienes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad y riesgo.

Por otro lado, durante su sentencia Luis Bernal-Sosa mostró una sorprendente serenidad al escuchar al juez que lo condenaba a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, reconociendo implícitamente que pasará el resto de sus días en prisión. Aunque su reacción parecía tranquila, sus palabras ante el tribunal revelaron un intento de disculpa y una interpretación propia de los hechos que llevaron al trágico final. Bernal-Sosa afirmó que su intención no era acabar con la vida de Leah, sino simplemente amenazarla. A través de un traductor, expresó: “Mi intención era amenazarla, no matarla. Pero como dijo su abuelo, hay un Dios, y Dios es el que tiene la última palabra”.

La tragedia que rodeó la muerte de Leah pone de relieve una serie de cuestiones profundamente perturbadoras que la sociedad enfrenta: la persistencia de la violencia doméstica y el fácil acceso a armas de asalto. La pérdida de Leah no solo ha dejado un vacío irreparable en la vida de su familia, sino que también sirve como un triste recordatorio del costo humano de la violencia que a menudo se desencadena por conflictos personales y emocionales. En una sociedad que valora la vida y la seguridad de sus ciudadanos, es fundamental tomar medidas significativas para prevenir futuros actos de violencia y garantizar un futuro más seguro y pacífico para todos.

Los abuelos de Leah se han erigido como los guardianes protectores de su pequeña hija, ofreciéndole un refugio de amor y estabilidad en medio de la tragedia.

Cadena perpetua para asesino de Leah Gómez