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GRAND RAPIDS, MICHIGAN (EVH)_ El número de personas sin hogar en el condado de Kent ha aumentado drásticamente desde el inicio de la pandemia, una tendencia que organizaciones locales atribuyen al alza del costo de vida, la falta de viviendas asequibles y el impacto persistente de la crisis de salud mental. Así lo reveló un reportaje de Canal 8 (WOOD TV), que documenta testimonios y cifras preocupantes sobre la situación en Grand Rapids y sus alrededores.

Degage Ministries, que opera un refugio en el vecindario Heartside de Grand Rapids, ha registrado un incremento sin precedentes en la cantidad de mujeres que buscan refugio cada noche. En diciembre de 2020, atendían a unas 35 mujeres por noche. Hoy, esa cifra supera regularmente las 110 y en ocasiones alcanza hasta 140, según declaró al canal la directora ejecutiva Thelma Ensink.

“Estamos viendo los efectos de una crisis de salud mental postpandemia, pero también muchas mujeres llegan huyendo de relaciones abusivas”, explicó Ensink. Sin embargo, señaló que el principal factor detrás de esta situación es el elevado costo de la vivienda.

La tendencia se confirma en los datos oficiales. La directora de la Grand Rapids Coalition to End Homelessness, Courtney Myers-Keaton, indicó al medio que el conteo anual de personas sin hogar en el condado —conocido como “point-in-time count”— aumentó un 56 % entre 2018 y 2025. El conteo preliminar más reciente, correspondiente a este año, identificó a 1,238 personas en situación de calle.

“Hay un aumento real en la población sin hogar, más allá de las mejoras en los métodos de identificación”, explicó Myers-Keaton. “La población juvenil creció casi un 70 % y los casos de personas en situación crónica de calle se duplicaron”.

Las organizaciones coinciden en que la falta de viviendas asequibles es el principal motor de esta crisis. De acuerdo con Housing Kent, el alquiler promedio de un apartamento en el condado es de $1,196 al mes. Para poder cubrir ese costo sin sobreendeudarse, una persona debería ganar al menos $47,840 al año. Pero el ingreso medio en el condado es de solo $42,740. Comprar una casa de entrada, valorada en promedio en $205,707, exige un ingreso anual mínimo de $62,000.

“Uno de cada dos inquilinos en el condado de Kent vive con una carga económica por el costo de su vivienda”, afirmó al canal Eureka People, presidenta de Housing Kent. “Personas que ganan el salario promedio no pueden permitirse una casa, y hay muy pocas viviendas de nivel inicial en el mercado, incluso si calificaran para un préstamo”.

Las disparidades raciales también agravan la crisis. Según Housing Kent, las personas negras tienen ocho veces más probabilidades que las blancas de quedarse sin hogar. Entre la comunidad hispana o latina, el riesgo es el doble.

Organizaciones comunitarias y agencias locales están trabajando de forma coordinada en una serie de programas para enfrentar esta emergencia. En su informe anual “State of Housing”, Housing Kent presenta una hoja de ruta a cinco años que busca estabilizar a los inquilinos, aumentar la construcción de viviendas subsidiadas y reducir las desigualdades raciales. También se incluyen programas dirigidos específicamente a las personas sin hogar.

“Es una estrategia integral de vivienda que aborda políticas públicas, inversión y colaboración”, explicó People. “Estamos concentrados en proyectos estratégicos de alto impacto que ya tienen cierto impulso. Lo que buscamos ahora es coordinarlos de manera más efectiva para empezar a ver resultados”.

La crisis habitacional del condado de Kent, que ya era grave antes de la pandemia, se ha intensificado al punto de poner en alerta a toda la red de servicios sociales del oeste de Michigan. Las cifras no solo muestran una emergencia presente, sino la urgencia de actuar antes de que la situación se agrave aún más.

Aumenta dramáticamente la población sin hogar en el condado de Kent