Ramón Peralta
Los fundadores de la nación sentaron como base unos principios claros de gobierno como marco de lo que llamaron la democracia. Esos principios están contemplados en la constitución, que hasta ahora se mantiene vigente a pesar de los problemas que en la práctica ha encontrado en su aplicación, debido a que sus principios han sido manipulados por los políticos con el objetivo de servirse de ellos y no al pueblo como originalmente fue concebido.
En ese orden, los manipuladores de la política apelaron a implantar barreras para marginar de los beneficios del estado a las mayorías y crear un estado beneficiario de un pequeño grupo. Así, desde sus orígenes se estableció el derecho al voto a los propietarios de terrenos y se dejaron fuera a las mujeres, los esclavos y todos aquellos que carecían de algún pedazo de propiedad. Por tanto, la igualdad de la democracia se tiró por el suelo y solo una pequeña minoría disfrutó de sus beneficios.
A pesar de ese pasado, que la gran mayoría de la población todavía ignora, se establecieron instituciones montadas en la ficción de la igualdad de todos y cuya máxima expresión era el voto, que aún hoy ciertos sectores están preocupados en impedir su ejercicio a algunos sectores de la población, sobre todo aquellos que, después de una ardua y larga lucha lo habían recobrado, como fueron los negros y otros miembros de las llamadas minorías. El impedimento al voto se ha estado llevando a cabo de una manera persistente en los últimos años por miembros de sectores conservadores y de grupos blancos, que de acuerdo con los últimos estimados del censo, dejarán de ser los grupos mayoritarios en la sociedad y por tanto, no seguirán siendo los que trazan la dirección en las instancias del estado.
Otro factor que se ha dejado sentir como elemento perturbador del funcionamiento del sistema político es, el papel que se le ha dado en los últimos años a la exagerada incursión del dinero en el proceso electoral. Eso ha determinado que los políticos tengan que plegarse a los intereses de los sectores minoritarios ricos para financiar sus campañas y al mismo tiempo, favorecer sus intereses. Los costos de campaña se han elevado tanto, que casi es imposible para un ciudadano cualquiera obtener la victoria en una elección sin la contribución del gran dinero. Como consecuencia de esta acción se hace cuesta arriba que se aprueben políticas sociales que beneficien los sectores mayoritarios de la sociedad, sobre todo en las áreas de la salud, la educación y los salarios, y por qué no, en los asuntos inmigratorios.
Otro elemento perturbador y que frecuentemente se da en el sistema político es, el irrespeto de los políticos hacia la población que lo eligió. Cada vez se hace más frecuente el caso de políticos que, después de ser elegidos por un determinado grupo o partido, toman la decisión “personal” de transferirse a otra agrupación política sin importarles el hecho de que los seguidores del grupo que lo eligieron fue en base a un propósito político y no personal.
No hay lugar a dudas, que estos hechos, junto a otros que hoy se producen en el ejercicio político, son los que abrieron las brechas para que el expresidente Trump y sus seguidores produjeran los penosos incidentes del 6 de enero de 2020 con el objetivo de desconocer los resultados de las elecciones. Aun cuando el hecho hoy esté siendo conocido por la justicia, no deja de ser una mancha negra en el ejercicio de la política de la nación que se proclama como el ejemplo de la democracia en el mundo. No podemos dejar pasar por alto estos hechos al depositar el voto en las venideras elecciones.